
Subir con esquís de travesía al Pico del Veleta, tomar a continuación algo en la Carigüela mientras se contempla el Mediterráneo con sus costas y barcos, las altitudes "norteñas" de África y una gran parte de la cara Sur de Sierra Nevada, es una sensación muy agradable en los fríos y soleados días de febrero. Después, y aunque las opciones son muchas, descender esquiando el Valle de San Juán pone el "colofón" mejor posible a una mañana de esquí de travesía. Aunque se esté cerca del "bullicio" de la estación de esquí, esquiar el silencioso San Juán mitiga bastante bien lo anterior y nos evoca otros escenarios más alejados y montañeros donde la nieve polvo casi siempre está asegurada.
REPORTAJE
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