La enseñanza del esquí a los niños pequeños a partir de dos años es viable, siempre y cuando se mantengan unas mínimas condiciones. Entre éstas hay que tener en cuenta que las subidas a las zonas de montaña nevadas, deben realizarse muy progresivamente y despacio, para que la diferencia rápida de presión atmosférica por la altitud no les dañe. Hay que aprovechar los días soleados con temperaturas agradables no excesivamente frías, y descartar aquellos en los que haya nevadas copiosas, y por supuesto vientos fuertes.
Los juegos con la nieve para hacer muñecos, refugios, o tirar bolas, serán un buen apoyo para que entiendan que están allí para jugar y pasarlo bien, y no para sufrir y pasar frío. Los descansos frecuentes para que tomen un chocolate caliente y algo de comer, nos vendrán bien para comprobar que todo su equipo sigue correctamente ajustado, y no les ha entrado nieve en las botas, guantes, o resto de la ropa. La vestimenta más fácil de que se mantenga ajustada será la integral; casco con gafas de ventisca, manoplas, mono o peto con cazadora.

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